No sé qué pensar, no sé qué creer, no sé hacia dónde voy ni de dónde vengo. No sé qué será de mí en un futuro, ni siquiera sé lo que será de mí mañana. Confío en lo imprevisto, en la imprecisión, en la duda, en lo repentino, que conceden pases gratuitos a todos los caminos para llegar a un mismo destino: la ansiada y utópica felicidad. Jamás nadie ha sido capaz de trazar rutas para alcanzarla, jamás ha habido ser viviente en la historia que haya logrado definirla a la perfección. Ningún ente humano ha escrito nunca un manual de instrucciones a seguir con el que poder ser feliz.
Una persona: un mundo. Un mundo: millones de caminos, millones de cambios, millones de casualidades. Nunca pienses en la vida como mera monotonía o simple rutina que seguir; piensa en una línea discontinua, cambiante, la que hoy puede que sea incondicionalmente perfecta y, sin embargo, al día siguiente todo dé un giro de 180˚ y nada vuelva a ser como solías pensar que sería. La vida está hecha de momentos, momentos de todo tipo que construyen nuestra propia historia. "Días de pena, pero también gloria."
Vive tu vida, vive tu momento, atrapa las oportunidades y no eches ninguna a volar.