A veces quisiera ser una esponja. Una esponja para absorber todo lo que alrededor de mí sucede. Hacer de mí un mapa de sonidos, un baúl de imágenes, un fondo de recuerdos. Coleccionar miradas. Archivar sonrisas. Clasificar momentos. Guardarlos en un cajón infinito para que cuando deje esta linda ciudad pueda sentir que sigo en ella. Revivir situaciones. Escuchar las voces de los que un día me amaron. Visionar rostros, poder casi hasta tocarlos con las yemas de mis dedos. Sentirlos cerca. Construir una burbuja de emociones en la que evadirme en cualquier momento, en cualquier lugar.
En Viena, Berlín, Sydney o Budapest. Allá donde nadie más esté...
1 comment:
Esa esponja es tu corazón :)
y lo mismo digo, bonito blog
un beso!
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