Thursday, May 06, 2010

El alba perenne de unos ojos de abril

Y no supo qué decir. Su eterna mirada se llevó todas sus palabras en un suspiro, en una micromilésima de segundo. Embelesada. Atónita ante el elegante blues al ritmo del que se movían aquellos ojos piel de cocodrilo. Aquellos que le robaron el sueño tantas noches. Aquellos que un día esperaba traspasar y en los que creía ver el pequeño cosmos que ellos dos mismos habían creado inconscientemente.

De repente, esas dos palabras que vio tejer en los labios de él la hicieron desperar de su momentáneo trance. Reconoció entonces que era así como quería que fuese su vida: como el alba perenne de unos ojos de abril.

1 comment:

Anonymous said...

QUE BUENO